El teatro también es una forma de participación y de conocimiento colectivo, sirve para aprender a relacionarnos con los demás, a saber interaccionar. Puede ser practicado por cualquier persona en cualquier lugar, tiene cáracter integrador, es un punto de encuentro y descubrimiento y tiene como función divertirse y educar.
Como ejemplo vamos a tomar el Teatro del Oprimido, creado por Augusto Boal. Este consiste en un conjunto de ejercicios, juegos y técnicas teatrales que pretenden la desmecanización física e intelectual de sus practicantes. Tiene como objetivo final utilizar el teatro y las técnicas dramáticas como un instrumento eficaz para la comprensión y la búsqueda de alternativas a problemas sociales e interpersonales. Tiene diferentes modalidades: el teatro periodístico, dicho consiste en hacer teatro a partir de una noticia, el teatro imagen, que es la base principal del teatro oprimido y se basa en presentar una situación sin palabras, como si fuera una foto, el teatro foro trata de que el espectador en cualquier momento participe de la obra, el teatro invisible es aquel que se realiza una intervención en la calle sin que nadie lo sepa y por último el arcoiris del deseo que consiste en trabajar las propias opresiones que nos ponemos a nosotros mismos.
Nosotras consideramos el teatro una gran herramienta de cambio social, pero también somos consciente que para poder trabajarlo debe haber una formación individual, es decir conocernos a nosotros mismos, y saber como reaccionamos, actuamos, etc. Aunque la formación del teatro requiere tiempo, estamos superconvencidas de que es una herramienta maravillosa y divertida que ayuda a una vida mejor.
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